O fillo de Kurosawa me ha puesto más triste. Mientras el mundo se acaba ante nuestra pasividad, los enemigos suenan en mi ordenador y recuerdo una etapa en la que tenía el hígado de acero, más amigos alcohólicos y conciertos de este grupo programados en mi agenda mental. Era un joven alegre y despreocupado.
Ahora medio la treintena (este año me pongo en la mitad de la década) y sigo siendo alegre, pero a veces recuerdo aquella época de botellones descontrolados, exámenes mediados y porros en las esquinas de la facultad. No me quejo, aunque mi futuro laboral tenga más agujeros que las cuentas generales del estado y mi estado sentimental no sea halagüeño. A quien le importa. La mayoría de la gente está atada a una vida de mierda y un alto porcentaje es idiota (todo el mundo es idiota, yo, tú, tanta gente). Pero no volveré a un concierto de este grupazo (la canción es de Serrat).
El pasado está detrás, el futuro no existe (eso pregonaban unos chavales a finales de los setenta no future for you) y en mi presente mi perro está drogado (una dosis de algo que podría ser ketamina en la consulta del veterinario lo ha dejado para el arrastre) mientras yo escucho la voz del tipo de Ilegales cantando John Wayne. Me voy a beber unas cervezas...
A MI MEJOR AMIGA
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Estaré contigo hasta el final te buscaré en todas partes bajo la luz y las
sombras en los dibujos del aire Estaré contigo hasta el final te pediré de
rodil...
Hace 4 años
3 comentarios:
De todas formas mi hígado sigue siendo una maravilla de la genética, sigo teniendo amigos (alcohólicos en su mayoría) y Love of lesbian no están tan borrachos como los enemigos en los coniertos.
No pretendía ponerte triste, hombre. El artículo es chulo y los enemigos eran geniales A PESAR de lo pasados que estaban.
Escuchar el ferpectamente sigue siendo cojonudo.
Saludos y ánimos
Felices fiestas. Que en el año que entra se cumplan todos tus deseos.
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