Los deseos no significan nada. Yo deseo muchas cosas pero, por suerte o por desgracia, estas no ocurren si no hago algo en la dirección correcta. Vamos que desear no deja de ser una superstición bastante parecida a la de rezar. Por ejemplo, si yo deseo fervientemente que Aznar resbale en uno de sus paseos de esquí de fondo y se rompa el fémur y finalmente sucede, yo no voy a tener ninguna culpa de todo ello.
Tras un año desgraciado en muchos aspectos viene otro con peores perspectivas. No digo que no hayan sucedido cosas buenas (como el ingreso de Díaz Ferrán en prisión o el esperpento que gestiona la casa real) pero no son más que un bombón en medio de una cesta de estiércol. Si te lo comes, lo haces con asco.
Yo, siguiendo la tradición de este blog, os dejo mis deseos para el año próximo:
-Que Mariano convoque elecciones.
-Que el PSOE se haga de izquierdas.
-Que encuentren al rey y a Berlusconi en la misma orgía.
-Que Aznar haga esquí de fondo de forma descuidada.
-Que el banco público sea de verdad público.
-Que la cosa vaya un poquito mejor.
No inspira confianza el 2013, pero yo os deseo un feliz 2013.
A MI MEJOR AMIGA
-
Estaré contigo hasta el final te buscaré en todas partes bajo la luz y las
sombras en los dibujos del aire Estaré contigo hasta el final te pediré de
rodil...
Hace 4 años
2 comentarios:
Mira, Soyun, un versete que he oído por aquí (a ciegas, lo sitúo por la parte de Cádiz): "Feliz 2013. Folla mucho, a ver si te crece". Eso, Soyun.
Gran deseo para 2013.
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