viernes, 28 de junio de 2013

El sol de la mañana

Era un día distinto al resto. Las cosas a partir de ahora eran oscuras y recordaba con rabia las veces que se había reído cuando algunos conocidos habían entrado. Eso jamás me pasara a mí, yo tengo la sartén por el mango, estos son unos aficionados, había pensado tras recibir una llamada de su abogado. Ahora Gerardo lo esperaba en el patio, ávido por conocer noticias del exterior, con una media sonrisa de "no soy el único".

Se levantó de la litera y mira tras las rejas de la ventana como el sol salía. Hacía años que no recordaba haber visto un amanecer pero la belleza no le impactó en absoluto, no era ningún sentimental, eso lo dejó hacía demasiados años. Y echó de menos su despacho, sus chalés, a su segunda mujer, la botella de whisky escocés de sesenta años que guardaba en su casa madrileña. Todo se había acabado.

El sol le cegó por un instante e Ícaro, hijo de Dédalo, voló por el interior de su cabeza, cayendo, dejando las gotas de cera caer sobre las meninges. Y las rejas se hicieron más frías, más duras, alenjándolo poco a poco de los millones de euros que lo habían metido dentro.

viernes, 21 de junio de 2013

Los petardos llevan mecha

Y una carga de pólvora, que es lo que acaba explotando. Sí, estoy haciendo una nueva metáfora, poco afortunada, con la situación actual en este país, bautizado por los fenicios como la tierra de los conejos (aunque hay una divertida polémica en torno a este asunto). Bueno, como siempre, me desvío del tema, que soy mucho de eso. El asunto que me ocupa es porqué este petardo no ha estallado.

Pues como digo en el título del post, los petardos necesitan una mecha. Y parece que esta aún no está colocada. La carga de pólvora, por otra parte, es cada vez mayor, como si alguien quisiese que nuestro petardo de cinco pesetas (que recuerdos) se transformara en un cartucho de dinamita, bastante más peligroso y con capacidad para derribar las columnas del estado. Desde el caso Bárcenas, en el que se intuye una financiación irregular del PP a base de sobornos por la adjudicación de contratos, pasando por el rey, su yerno y las malas compañías, hasta los eres andaluces o el funcionamiento de la justicia dependiendo del acusado. También está el paro, la crisis y la falta de estímulos para los jóvenes y no tan jóvenes, que dudan entre dejar el terruño o mantenerse aquí a costa de vivir a costa de las pensiones de sus abuelos. Podríamos hablar de más problemas pero yo creo que sólo con esto llegaría para que la cosa saltara.

Pero no, falta una mecha y una fuente de calor que la incendie. Eso es lo que los está salvando. Pero en cualquier momento se les puede ir la mano con los recortes, una súbita subida de algún producto, el cierre de una televisión pública, una muerte en una manifestación o que sé yo. Mientras tanto el presidente se cuida de no acercar demasiado el mechero.

viernes, 14 de junio de 2013

Alea jacta est

Debe de ser una de las pocas frases que se decir en latín (aunque seguramente no la pronuncie correctamente). Y ni siquiera la aprendí en el instituto, fue en un Asterix, no recuerdo cual. Un general romano se la recordaba a Julio César (al que se le atribuye). Siempre me ha gustado, no sé muy bien porqué. La traducción creo que es "La suerte está echada" y si  o me equivoco tiene algo que ver con una de sus batallas (acabo de mirarlo, es cuando cruza el rubicon y da comienzo a la guerra civil contra Pompeyo).

 Me gusta esa frase, se suele decir en ese momento en el que el árbitro pita el comienzo del partido, las aliniaciones son las que son, va a caer la lluvia que caiga y esperas que tu equipo haya acertado con la táctica. El resultado está al caer.

Esa es la frase que tengo en la cabeza estos días, insistentemente se cuela en los vericuetos de mi cerebro y aparece, como si mi subsconsciente quisiera decirme que ya poco se puede hacer con el devenir. Es posible que no sea así y que esta fase de mi vida continue inalterable unos meses más y se ahonde el agujero que comienza a devorarme poco a poco. Pero es posible que consiga volver a llenarlo de tierra y salga un poquito a flote.

Lo dicho, alea jacta est.

viernes, 7 de junio de 2013

Furor

Es lo que yo tengo, furor, sí. Después de unas semanas sin prácticamente escribir (aquí) pretendo volver por mis fueros. En estas semanas ha pasado de todo, como es habitual en este país, donde las noticias van tan rápidas que si dejas de leer los periódicos un mes, crees que vives en otro lugar.

Después de la irrupción de José Mari en el panorama (sólo para dar un poco por culo a Rajoy, parece que la cosa se va a quedar ahí), el encarcelamiento de Blesa (amigo del anterior), la bajada del paro en mayo (buena noticia si fueran contratos indefinidos), la despedida de Mourinho (que crispaba más a la gente que una intervención del ministro Wert), los viajes a eurodisney de la Mato (pagados por la gürtel, pero ella que nada, que no sabe nada), la carga de profundidad de los estudiantes que no le dieron la mano al ministro y la irrupción de la fiscalía del estado como abogados defensores de los corruptos, parece que ha pasado un siglo. Pero no, seguimos en un estado donde la pobreza va a más, donde los niños comienzan a estar desnutridos y mi cuenta corriente comienza a dar preocupantes signos de desgaste.

¿Qué vamos a hacer? ¿Quedarnos parados viendo como todo se derrumba a nuestro alrededor? A lo mejor es lo único que podemos hacer sin caer en la violencia, de las ganas que se observan en la calle de quemar sucursales bancarias y poner una guillotina en la plaza del pueblo. Ya no se trata de saber si va a existir una explosión social si no cuando va a ser, que gota colmará el vaso de las ofensas, cuando dejaremos de poner la otra mejilla, como si fueramos alumnos de la nueva asignatura de religión, perfectamente proselitistados (uff).

Ya estoy un poquito mejor, no hay nada como desahogarse para perder esos gramos de furor que causa la visión de las noticias. Ójala todo el mundo pudiera hacerlo escribiendo, pero no creo que sea una opción.