viernes, 27 de enero de 2012

El cadáver político

Un cadáver político es una persona tan desprestigiada en el desarrollo de su vida como "servidor" público, que los otros miembros de su partido colocan una etiqueta de "no acercarse, provoca impopularidad" en la espalda de su chaqueta de 3000 euros. El último caso es el de Paco Camps, declarado "no culpable" por un jurado "popular" (perdón por el uso de tantas comillas, pero sólo así consigo darle el acento que quiero a determinadas palabras") de un delito de cohecho impropio.

A mi este señor me provoca un estado de enfado cuando lo veo en televisión. No sé si es por lo que dice, o como lo dice o lo que sé de su gestión, de sus amiguitos del alma o de sus chanchullos. A lo mejor es su cara, su forma de expresarse o, quizás, el deterioro que ha provocado en sus cuentas públicas. Y utilizo "sus" (otra forma de utilizar las comillas) no por que sean suyas, que son de todos, si no por que las ha usado como si fueran de su propiedad. Propiedad impropia.

Este muerto en vida, este zombie, ha sido capaz de que me interese por su caso personal gracias a lo que leo en los periódicos y, sobre todo, pòr unas declaraciones públicas el día de su dimisión en las que se declaraba "Inocente, completamente inocente" (nada, más comillas), con una gesto de impostura en su sonrisa que era la viva imagen de la mentira y la hipocresía.

Ahí, en ese instante, se me declaró (culpable). Me daban igual los juicios y todo lo demás. Ahí, en esas imagenes, ejercía ya como recién muerto. Ahora se lo tiene que empezar a creer él.

Pd.- Por cierto, la fiscalía anticorrupción debería investigar algunas cosas. Este juicio tiene un olor desagradable. No lo digo yo, lo dice el mundo y el público (paso de las comillas), polos opuestos en el mundo periodístico.

viernes, 20 de enero de 2012

En el fondo del vaso estaba la verdad

El ruido se alargaba entre las paredes como un chicle recién mascado. No podía más, le costaba respirar tras cada bocanada al cigarrillo, con su pastoso sabor a nicotina y alquitrán. Pero el trabajo era el trabajo y su vicio lo había convertido en un molesto adicto, molesto para sus padres, sus amigos y sus recién adquiridos socios. Las paredes parecía que se le echaban encima y ese asqueroso ruido no lo dejaba pensar con claridad, como tampoco lo hacía el mono, que le aguijoneaba continuamente su orgullo, sus tripas, su cabeza llena de un montón de ideas.

Cuando todo acabó, el cuerpo del yonqui estaba en medio de la estancia, muerto encima de un charco de su propia sangre, toda aquella sangre que pedía a gritos una chuta más. El agente uniformado que lo miraba se fijó en el vaso que tenía al lado. Se puso los guantes de látex y lo cogió, como si quisiera ver el pasado en su interior. Lo examinó un buen rato, mirando las marcas que habían dejado todos aquellos lavados en el lavavajillas, los restos de cerveza del fondo y la colilla apagada en su interior. No le dió demasiada importancia.

Cicatriz se rascó la incipiente barba y se dijo a si mismo que lo que acababa de hacer le iba a traer consecuencias. Tiró la navaja en el hueco del ascensor del edifico de oficinas y subió al último piso, necesitaba respirar un poco de aire fresco. Aún tenía en sus pulmones el humo del cigarrillo que aquel yonqui se había atrevido a echarle a la cara.

martes, 17 de enero de 2012

Fraga

Durante toda mi juventud viví con la presencia constante de Fraga, como cualquier gallego de mi quinta. Fraga en la TVG, Fraga en los carteles electorales, actos presentados por Fraga, xacobeos patrocinados por Fraga, etc. Cuando salías de Galicia la pregunta era obligada "¿Cómo es posible que os gobierne Fraga?". La respuesta correcta hubiera sido "Y cuando desperté el dinosaurio seguía allí", pero yo en aquella época no conocía el cuento de Augusto Monterroso.

Estos días, a raíz de su muerte, se cuentan un montón de cosas sobre él, miles de anécdotas recordadas por otras tantas personas. También se glosan sus acciones durante el franquismo y se sacan a relucir sus trapos sucios (que como político mayúsculo tenía). Se comenta su proverbial memoria, su expediente académico, su paternidad constitutiva, su apoyo a la transición, yo que sé, 89 años dan para mucho, sobre todo si eres adicto al trabajo y te levantas a las seis todos los días.

Como decía, yo lo viví. En todo su esplendor, como cacique mítico. En aquella época los gallegos emigrabamos a todos lados Canarias, Irlanda, Alemania, Suiza, Inglaterra, etc. Ahora volvemos a irnos. No era como un padre para nosotros, era una lápida que pesaba sobre nuestras tumbas en vida. Ni que decir tiene que cada vez que ganaba unas elecciones mirabamos a nuestro alrededor y nos preguntabamos ¿porqué? ¿por qué a nosotros?. No había respuesta, o quizás estaba en todos aquellos viajes por los pueblos de galicia, prometiendo, dando asfalto a corredoiras inmundas, comiendo pulpo en cada tasca, bebiendo vino en cada casa que visitaba. Eramos más rurales y las mañas caciquiles a las que estabamos acostumbrados él las conocía mejor que nadie.

Recuerdo el día que perdió las elecciones, en 2004. Ni siquiera pudimos celebrarlo, por que faltaba por contar el voto emigrante y ninguno se creía que no le fuera a dar el último escaño que necesitaba. Pero no, nos libramos de él y tuvo un retiro dorado en ese senado que para tan poco sirve. El bipartito sólo duro cuatro años y ahora tenemos a su delfín, a uno de tantos delfines a los que devoró.

Nos queda su herencia, en forma de Mariano (vicepresidente suyo en la xunta), Ruiz Gallardón (siempre fue su ojito derecho), a cidade da cultura (600 millones de euros en un mauseleo a su mayor gloria, un complejo de edificios que fue la obra faraónica que culminó su mandato) y su actuación durante la marea negra del Prestige. Por no hablar del partido, una amalgama de reaccionarios + "liberales" + demócratas cristianos + etc.

Para acabar unas cositas. La primera es este artículo de Barreiro Rivas que le hace justicia, la segunda que no me he alegrado por su muerte (el daño ya estaba hecho) y la tercera recordar, ante tanto elogio, mi opinión sobre él, una opinión que no cambia por que haya muerto. Fraga era un CABRONAZO.

Pd.- La imagen es de Siro López.

viernes, 13 de enero de 2012

Corre, Mariano, corre.

Los políticos nos mienten a sabiendas. Saben, cuando dicen una mentira, que los cogeran, conocen el refrán. Pero les suda la polla (siento ser tan explícito, pero hay cosas que son así). Saben que una, dos, diez mentiras no van a restar credibilidad a la clase política, por que poca le queda ya. Saben que sus votantes más "liberales" están cabreados con él, por que lo que más le pone a un liberal es que le digan que le van a bajar los impuestos y Mariano no ha parado de repetirlo en campaña. Me los puedo imaginar en su sillón, viendo las noticias, con una copita de coñac, pensando en como iban a caer sus gastos por impuestos, arggghh (es difícil construir onomatopeyas de gustirrín). Y ahora, con la subidita del IRPF, no sé que pueden estar pensando.

Y es que subir impuestos es intervencionista, poco "liberal" y cabreante para determinados sectores de la sociedad. Ni que decir tiene que Rajoy me ha sorprendido de forma agradable, quizás por que yo soy intervencionista y poco "liberal", a la par que cabreante para determinados sectores de la sociedad. Desde aquí les digo que no se preocupen que Rajoy acabará cabreándome más a mí que a ellos (con la próxima subida del IVA, que son indirectos y nos joden más a los que no tenemos un gran poder adquisitivo).

Y es que a Mariano le gusta meterse en charcos, comentar cosas aún teniendo claro que le saldrá el tiro por la culata. Y le gusta por que sabe que los ciudadanos tenemos la memoria de un pez espada y por que a sus votantes les gustan las conspiraciones judeomasónicas bolcheviques. Por eso tampoco recordarán que ahora dice que no subirán el IVA. Juas.


Y es que el recién elegido presidente de España sabe moverse. Poco y en silencio, como los perezosos (el animal), por que sabe que al final la paciencia da sus frutos. Y después de ganar a la tercera a ver quien es el listo que se atreve a decirle nada.

miércoles, 11 de enero de 2012

Las culpas, las explicaciones y las borracheras

Ultimamente intento portarme cuando salgo de noche, y con noche quiero decir salir de casa para meterme en garitos y pubs de dudosa reputación y tomarme unas copas. Hace tiempo que no me arrepiento de hechos, palabras o demás circunstancias que hacen que a la mañana (o mediodía) siguiente tenga algún tipo de remordimiento. Imagino que tengo más tacto o que, como este fin de año en el que me cegaron los chupitos (malditos sean los licores que se sirven en formatos pequeños, por que de ellos saldrá la resaca del infierno), no recuerdo con claridad.

Pero que no me arrepienta de lo hecho ultimamente no quiere decir que no lo haga de comportamientos acaecidos hace algo más de tiempo, o que no me sienta avergonzado de cosas que he dicho o hecho. Digamos que el alcohol me convierte en un tipo con más lengua, con algo más de desparpajo y con menos sentido común. No es nada nuevo. A lo largo de los más de quince años que llevo saliendo (con algunas interrupciones) he cometido infinidad de tonterías, comentado temas escabrosos, insultado, vejado, hablado de temas en los que no me debería de haber metido, me he insinuado sin ningún tipo de vergüenza, etc. Toda una retahila de mierda. Aunque ha habido momentos buenos en los que me he reído, he hecho reir, mis insinuaciones han tenido éxito (pese a la poca vergüenza), han salido anécdotas para recordar cuando sea un anciano decrépito en un asilo gestionado por una bruja asociada con un cura, etc.

¿Qué pretendo con este post? ¿Lo hago por confesarme de una forma laica y sin recibir un bienintencionado perdón? ¿Intento, acaso, limpiar mis culpas? No, nada más lejos de la realidad. Sólo decir que cada uno es responsable de sus actos, por muy poco que le gusten. No los ha cometido otra persona, un ser sobrenatural que se cuela en su cerebro ni un espíritu que lo posee. Has sido tú, ¿te crees que no te he visto? has sido tú, como diría la canción. Beber no exime mis comportamientos, simplemente ofrece una explicación simple y llana, que no me perdona ni me conmuta la pena a pagar, cada vez que recuerde esas cosas.

Así que recordad niños, si bebes eres tú el que lo hace, ni don Pimpón, ni Espinete, ni el espíritu de las navidades pasadas. No te eescudes en "había bebido mucho" y pide perdón, cojones.

pd.- Pedir perdón no siempre es necesario. Aparte que a veces no tienes a quien pedírselo.

miércoles, 4 de enero de 2012

Desganado y predicciones para el año nuevo.

No sé que pasa, si son las correcciones de mi nueva novela, si el comienzo del trabajo (vuelta a lo conocido) o el profundo presentimiento de que las cosas no van a mejorar, pero hace ya tres semanas que no me sentaba a teclear con calma (si exceptuamos el trabajo de la corrección, claro). No es que falten temas, Mariano no comparece, ministros nombrados con extraños pasados, medidas impopulares dictadas por un gobierno en días próximos a festividades, el ocaso del yerno talonmanista (me ha encantado el término) del rey o el concurso de acreedores de Público. Vamos que no será por temas.

No, el problema no son los temas, ni la novela, ni siquiera el volver a trabajar. Es más ese profundo presentimiento, que me corroe por dentro, que me dice deja ya de joder, que poco o nada puedes hacer. En fin, que espero que pase pronto, que tampoco tengo ganas de deprimir (más) a la gente.

Mi alter ego, el gurú de los Cárpatos, me ha soplado unas cuantas predicciones para el nuevo año que acaba de entrar.
1.- Las protestas en la calle tardarán en llegar, la gente está desmovilizada y se está acostumbrando a las medidas "impopulares" (¿no tiene gracia que sean los "populares" los que las proponen?). Eso sí, llegarán y puede que a la gente empiece a sudársela un poco el tema de el pacifismo. Vamos, que las cargas policiales serán más frecuentes y las reacciones menos pacíficas.
2.- El paro se va a disparar. Las medidas antidefícit se van a llevar por delante a mucha gente: interinos, funcionarios, empleados de empresas públicas, etc. Eso no va a ayudar al consumo y esto provocará más paro, que generará más pérdida de consumo. La pescadilla que se muerde la cola, se la traga y la vomita (que imagen tan poco edificante).
3.- Los bancos estarán delante de los cascos de los caballos y algunos caerán aplastados. El resto, muy tocados. Esto tampoco va a ayudar al consumo.
4.- El consumo se va a desplomar, menos el de vino de cartón, ese va aumentar que te cagas. Esta predicción me suena.
5.- Los extraños movimientos de Irán o la desaparición de un malo de James Bond como Kim yong il, pueden ser excusas serias para el comienzo de alguna otra guerra.
6.- El IVA se va a poner al 21%, por que ya nos lo dice la unión europea. Esto va a desplomar aún más el consumo (me suena de algo).
7.- Mariano no va a hacer nada, nada de nada, bueno, quizás fume algún que otro puro. Así que a él sólo le echaremos en cara inacción y serán sus ministros (que forman un extraño conglomerado de los distintos intereses que mueven al partido popular, otro extraño conglomerado) los que se coman el desprestigio, las malas caras y las encendidas protestas en la calle.

Siete son suficientes. Bueno parece que se me ha pasado un poco la desgana.