viernes, 27 de enero de 2012

El cadáver político

Un cadáver político es una persona tan desprestigiada en el desarrollo de su vida como "servidor" público, que los otros miembros de su partido colocan una etiqueta de "no acercarse, provoca impopularidad" en la espalda de su chaqueta de 3000 euros. El último caso es el de Paco Camps, declarado "no culpable" por un jurado "popular" (perdón por el uso de tantas comillas, pero sólo así consigo darle el acento que quiero a determinadas palabras") de un delito de cohecho impropio.

A mi este señor me provoca un estado de enfado cuando lo veo en televisión. No sé si es por lo que dice, o como lo dice o lo que sé de su gestión, de sus amiguitos del alma o de sus chanchullos. A lo mejor es su cara, su forma de expresarse o, quizás, el deterioro que ha provocado en sus cuentas públicas. Y utilizo "sus" (otra forma de utilizar las comillas) no por que sean suyas, que son de todos, si no por que las ha usado como si fueran de su propiedad. Propiedad impropia.

Este muerto en vida, este zombie, ha sido capaz de que me interese por su caso personal gracias a lo que leo en los periódicos y, sobre todo, pòr unas declaraciones públicas el día de su dimisión en las que se declaraba "Inocente, completamente inocente" (nada, más comillas), con una gesto de impostura en su sonrisa que era la viva imagen de la mentira y la hipocresía.

Ahí, en ese instante, se me declaró (culpable). Me daban igual los juicios y todo lo demás. Ahí, en esas imagenes, ejercía ya como recién muerto. Ahora se lo tiene que empezar a creer él.

Pd.- Por cierto, la fiscalía anticorrupción debería investigar algunas cosas. Este juicio tiene un olor desagradable. No lo digo yo, lo dice el mundo y el público (paso de las comillas), polos opuestos en el mundo periodístico.

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