viernes, 29 de octubre de 2010

Lolitas japonesas

Pobre Sánchez-Dragó. Me da mucha, mucha pena que la gente le llame cosas por lo que dice que hizo con dos jóvenes japonesas hace muchos años. Sobre todo por que lo que a él le gusta es provocar. Si no me creéis sólo tenéis que visitar su página web. Ya os dejo yo el enlace guapo, en el que si bajáis os podéis encontrar con la web de falange auténtica. No creo que entre las simpatías de Dragó figure esta gentuza (a su padre lo fusilaron los nacionales) pero como ya digo le gusta provocar. Seguro que si leyera el libro encontraría más de diez titulares para todo tipo de periódicos. Este tipo lo que se merece es que no se hable de él (muy bien mendrugo, ¿entonces por que un post dedicado?). Su viraje a posiciones liberales, su cercanía a determinados círculos del poder (sí, presenta para telemadrid y su hija tiene un programa en es radio) no extraña. Es un ególatra, un tipo que entrevistó a el expresidente que más menciono en este blog en aquel programa descojonante que era negro sobre blanco. Y le gusta figurar en los medios, que los políticos de la derecha le doren la píldora (habituados a que cualquier intelectual los ninguneé), a hacer libros extraños ensálzando las virtudes de su gato muerto.

Está mayor. Imagino que en su otra vida (la de cuando era joven quiero decir, no hablo de mierdas orientalistas en plan reencarnación) era un tipo osado, bien parecido y que podía follar a todos los momentos. Ahora que está mayor, seguro que bendice la viagra y a su joven esposa japonesa (dato que no deja de tener mala leche), y recuerda cuando era revolucionario y viajero sin ataduras.

Desde aquí os digo que no le hagáis mucho caso, le gusta exagerar o mentir. Ya sabéis como son los liberales.

Pd.- Ha caído otro, Marcelino Camacho, un ejemplo de sindicalista, un hombre que vivía con su pensión en su piso de Carabanchel. Un sindicalista de los de:
"Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar"

lunes, 25 de octubre de 2010

El efecto Ana Rosa

Ana Rosa, la famosa presentadora de televisión matinal, publicó un libro hace unos años. Se llamaba "Sabor a hiel", vendió 100.000 copias y lo presentó junto a otra gran autora de las letras españolas, la señora de las peras y las manzanas, Ana Botella (quien me dice a mi lo que puedo o no puedo beber). Posteriormente se descubrieron pasajes del libro fusilados de un par de novelas. Al principio nuestra querida periodista los atribuyó a un  error informático, aunque posteriormente le echó las culpas a un "estrecho colaborador" su ex cuñado Daniel Rojo. Todo esto se puede leer en la página que comenta la biografía de Ana Rosa en wikipedia. Yo sólo hago un pequeño resumen.

Estamos hablando, ya no de plagiar, si no también de contratar a un escritor para que haga el trabajo sucio. Lo que habitualmente se llama un negro. Ana rosa quedó como el culo para una importante parte de la población. Aún así sigue haciendo su programa, gana un montón de pasta y tiene una productora de televisión dedicada a la prensa rosa que parece que da beneficios. Vamos que salió todo redondo. O al menos no en desastre.

Este hecho me tiene convencido de que en España puedes ser un tramposo y no te va  a pasar nada, por que la gente parece que lo entiende. Da igual a que te dediques, lo importante es no tirar la toalla, seguir al pie del cañón por mucho que te hayan cogido con las manos en la masa o en la caja registradora. por que aquí, si tienes seguidores que todo lo perdonan, puedes estar seguro de que seguirás adelante.

En estos momentos el PP se encuentra con un par de casos de corrupción a niveles estratosféricos. El caso Gürtel y el caso Fundescam. Pero en las encuestas parece que no pasa nada, están por delante con comodidad. El PSOE está desplomado (su gestión de la crisis, hincando la rodilla al suelo ante la presión de los mercados, es patética) y, salvo milagro, no levantará cabeza. Se vuelve a dar el efecto Ana Rosa, la trampa no se castiga.

sábado, 23 de octubre de 2010

Y dicen que vamos a vivir mil años

O eso es lo que dice un científico que se dedica al tema. La verdad es que no deja de dar un poco de miedo, está claro que habría que reformar las pensiones (ahí si que serían insostenibles, jubilarse a los sesenta y cinco y vivir del estado 935 años, que bicoca), tendríamos que pasar la crisis de los cincuenta cada cien años o el sufrimiento que conllevaría rememorar tu vida (ahora soy incapaz de recordar donde estaba a los 25).

¡Qué insostenibilidad! Estaremos eternamente preparándonos para el futuro, un futuro de de mil años. Las hipotecas a trescientos años y el amor, el amor seguro que no será eterno (aunque esto no tiene que significar nada). El futbol dejará de ser el deporte rey y juegos como el bingo y la petanca se retransmitirán en directo. Sufriremos los desperdicios que escondemos bajo tierra. Yo que sé. Soy incapaz de imaginarme una vida adaptada a un mundo en el que la gente viva mil años. Sobre todo por que imagino que será muy caro y al final mis tataranietos conocerán a Botín, pero a mi no me recordarán por que estaré criando malvas desde hace cien años.

No sé que ventajas tendría, ni que incovenientes. Pero a mí me apetecen cien años más, con eso me conformo. Sólo espero estar en buenas condiciones... ya sabes a que me refiero.

lunes, 18 de octubre de 2010

El espacio no es tan infinito

Al menos el de los asientos de los aviones. Se da la circunstancia de que este fin de semana me he bajado a Madrid en un avión de la compañía Iberia. Más allá de los retrasos que se produjeron en el viaje de vuelta (un par de horas) las dos horas de viaje (una de ida y otra de vuelta) se transformaron en un pequeño infierno por que los de la compañía parecen creer que la media de altura de sus pasajeros es de metro sesenta. Mis rodillas no pararon de tocar el asiento delantero ni un minuto, con la consiguiente incomodidad.

Imagino que la gente de Iberia (pero no sólo ellos, he volado en otras compañías con igual distancia entre asientos y en vuelos más largos) que se dedica al diseño del interior de los aviones tiene como consigna meter a más pasajeros en el mismo espacio. Pero ya me gustaría verlos a ellos en su oficna con las piernas apretujadas contra la pared. No es posible por que tendrán a alguien en prevención de riesgos laborales que les dirá que no puede ser, que las piernas deben tener espacio suficiente para moverse con libertad. Algo que no ocurre en sus putos aviones para cargar personas como si fueran ganado (aunque creo que los animales viajan con más espacio).

La próxima vez pienso poner una reclamación. y os aconsejo que hagáis lo mismo.

A vueltas con la reforma laboral

que últimamente me repito mucho en mis post, pero comentarios como el del “Señor” Díaz Ferrán en los que propone una reforma laboral basada en que los pobres curritos trabajemos más horas y cobremos aún menos, ¡me cabrean!

Y yo me pregunto: ¿por qué no se plantea otro tipo de reformas? Sin ser un experto economía creo que la mayoría de las veces, por no decir todas, el cierre de una empresa tiene más que ver con las capacidades de un empresario para dirigir que con la facilidad que estos tienen en esclavizar, contratar o despedir trabajadores.


Creo que hubiera sido de bastante sentido común, por parte de los sindicatos convocantes de la huelga general, no solo luchar para que no nos reduzcan derechos sino también para que se mejore el desempeño de los empresarios.

Pues bien, “Señor” Díaz Ferrán, inspirándome en su currículum, yo también quiero sugerirle una reforma laboral basada en diez mandamientos:
  1. Evitar que las empresas piense únicamente en su beneficio en el corto plazo.
  2. Prohibir que sean los propios directivos de las empresas los que se asignen su salario.
  3. Regular la bolsa, de tal forma que el valor de una acción no dependa única y exclusivamente de los beneficios que una empresa genere en el corto plazo. Sino valorar los recursos con los que cuenta con la empresa, ¡vaya, su patrimonio!
  4. Evitar que las empresas puedan pagar a quienes los controlan. Por ejemplo, como en el caso de las certificadoras de calidad, ¿qué sentido tiene?
  5. Y como uno de mis clásicos, dificultar la creación de gigantes empresariales, como bancos, petroleras...que acaban por controlar el mercado, jodiéndonos a todos con unos precios abusivos.
  6. Penar la asunción de riesgos innecesarios por parte de los directivos.
  7. Evitar que chorizos como “usted” puedan salir con los bolsillos repletos después de que su empresa o empresas se declaren en quiebra.
  8. Crear una entidad financiera estatal que facilite el acceso a una financiación barata y a largo plazo a las empresas.
  9. Fijar las cotizaciones a la seguridad social en función del tipo de contrato, bonificando los contratos indefinidos.
  10. Legalizar la marihuana, con el fin de amortiguar los efectos que la crisis tiene en nuestro sentido nervioso.
Como podrá usted comprobar, creo que el problema de la crisis reside casi exclusivamente en ustedes, así que ¡deje de tocarnos los huevos con sus propuestas de reforma!

Pd.- Esta es una colaboración especial de mi querido antiblogger Rato (no es un mendrugo).

viernes, 8 de octubre de 2010

Los putos listillos del parchís

Así nadie podrá equivocarse. El clásico listillo del parchís cree que es un tipo muy listo, alguien que cree que está ya de vuelta de todo. Por supuesto sabe más que tú. Las duda no entra en sus planes. Para que.

Hacen filosofía de recreo, pero para ellos está más allá del bien y del mal y la psicología barata está a la orden del día en sus conversaciones, aunque no tengan ni puta idea ni de psicología ni de conversaciones. Y todo el mundo tiene un amigo listillo del parchís.

Hay quien os dirá que perdéis el tiempo al hablar con ellos, que sus posiciones son irreductibles y no van a cambiar su forma de pensar. Esa gente tiene razón. Pero yo creo, que aunque no se rehabiliten de sus malos hábitos, por lo menos te quedas más tranquilo.

Por si aún no os ha quedado claro como reconocerlos ahí va una pequeña descripción. Le gusta mantener un tono de voz más elevado que la gente que habla con ellos, son vehementes en su forma de hablar, utilizan términos despectivos hacia sus compañeros de discusión para intentar minar su autoestima durante la misma, generalmente tienen una visión simplista de la vida en la que predominan tonos negros y blancos y, por último, su retórica pierde aceite por todas las tuercas de su engranaje mental, un engranaje mental a punto de irse a tomar por culo.

En el final de la discusión el tipo se va muy ufano y, con los días, tiende a pensar en lo bien que quedo durante el intercambio de pareceres. Sí, su visión de la realidad está empañada por un montón de mosquitos muertos y cagadas de pájaros sobre el parabrisas de sus sesos.

Un último apunte, cualquier día te puedes llegar a ver reflejado en en esta descripción. No le des importancia, le puede pasar a cualquiera.

jueves, 7 de octubre de 2010

¡Que vote, que vote Díaz Ferrán!

Algunas veces las noticias te hacen sonreír. Y es que hace unos días el presidente de la patronal ha convocado elecciones para que le den la patada de una vez. Seguro que el que lo sustituya nos hará añorarlo, por que no podemos esperar nada bueno de estos chicos (es un decir, las fotos dejan claro que de jóvenes nada). Cogerán al más... no me sale nada para definir que no suene mal.
Imagino que después me pasará como Acebes, Aznar, Zaplana y toda esa calaña. Los echaré de menos por que es gente que se hace oír en la tele. Dicen unas cosas...
Ahora sólo falta que lo metan donde tiene que estar. Cada uno que imagine lo que quiera.