
¡Qué insostenibilidad! Estaremos eternamente preparándonos para el futuro, un futuro de de mil años. Las hipotecas a trescientos años y el amor, el amor seguro que no será eterno (aunque esto no tiene que significar nada). El futbol dejará de ser el deporte rey y juegos como el bingo y la petanca se retransmitirán en directo. Sufriremos los desperdicios que escondemos bajo tierra. Yo que sé. Soy incapaz de imaginarme una vida adaptada a un mundo en el que la gente viva mil años. Sobre todo por que imagino que será muy caro y al final mis tataranietos conocerán a Botín, pero a mi no me recordarán por que estaré criando malvas desde hace cien años.
No sé que ventajas tendría, ni que incovenientes. Pero a mí me apetecen cien años más, con eso me conformo. Sólo espero estar en buenas condiciones... ya sabes a que me refiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario