lunes, 20 de agosto de 2012

Simbología del robo

En estos días de asueto para la mayoría que trabaja (por ahora sigue trabajando más gente que la que se encuentra en el paro) parece que la televisión y los periódicos no tienen mucho que decir, que contar. Así que desde hace algunos días colea la entrada en un supermercado de varios sindicados, con la idea de protestar por los escasos precios de los productos agrícolas en origen.

Actualmente un kilo de limones se paga en origen a 0,31 euros y se vende en el super por 1,43 euros (en el enlace se pueden comparar más productos). El precio casi se multiplica por cinco, el margen es espectacular y parece algo extrañísimo en estos tiempos de liberalismo económico. Pero la explicación es tan sencilla como la frase el pez grande se come al chico. La distribución de productos alimentarios está en pocas manos, quizás unas veinte empresas más o menos grandes, las grandes compradoras de productos a mayoristas y en origen. Ello son los que ponen las reglas, los que regulan los precios, los que rompen el mercado desde su posición de preferencia. De ahí la protesta de estos productores, nada del otro mundo, un acto simbólico para denunciar su situación de precariedad por el afán de estas grandes superficies por llevárselo crudo.

El contraataque ha sido fulgurante. Frases como "No te puedes saltar la legalidad por las buenas", "la necesidad no puede justificar el robo" y los ataques contra la integridad de Sánchez Gordillo (del que la única referencia que tengo es que lo odian tanto el psoe como el pp y que es alcalde de un pueblo llamado Marinaleda por IU) por su participación por el asalto, se han repetido por todos los periódicos adictos, sin intentar destacar el cáracter simbólico (no robaron caviar si no productos de primera necesidad) ni la causa de la protesta. Un caso sangrante es lo de Soledad Becerril, ¿defensora del pueblo?.

Robar es, según la primera acepción en la rae, quitar o tomar para sí con violencia o con fuerza lo ajeno. Es lo que hicieron los asaltantes al supermercado, un par de veces, en un par de supermercados. Pero también lo es apropiarse del sudor ajeno pagando precios de miseria o forrarse en bancos cobrando sueldos desproporcionados por un resultado desastroso o cobrar comisiones fraudulentas por adjudicar obras públicas. Pobre de tí como acuses de ladrones a los individuos que hacen esto, por que te dirán aquello de "Inocente, completamente inocente" al salir libres del juicio, indultados por el consejo de ministros o pagando una multa ridícula por toda la pasta que se han llevado. 

Protestar se pone cada vez más complicado.

lunes, 6 de agosto de 2012

Olimpismo y democracia

Vaya título!! Parece como si me hubiera poseído el espíritu de un redactor de discursos para políticos de tres al cuarto, aunque creo que es la forma más rápida de entrar en el tema que me interesa.

El otro día, mientras veía la ceremonía de apertura de los juegos, tres personas recitaron el juramento olímpico hablando de cosas como la limpieza, las drogas, etc. Recordé en ese momento los instantes en el que ministros del nuevo gobierno prometen o juran sobre un ejemplar de la constitución (y/o biblia) que cumpliran sus obligaciones de la mejor manera posible.

El fair play es algo que se olvida en el fragor de la competición y la ética esta empezando a ser un molesto recordatorio de como deberiamos de ser. Y políticos y atletas empiezan a pensar en ganancias o medallas sabiendo que hay que coger ventaja desde el principio, estropeando así la delicada puesta en escena de sus promesas.

Los casos de dopaje, los ejemplos de racismo y la falta de ética serán el reflejo de las formas de algunos políticos en la democracia dentro de estas olimpiadas y sólo podremos emocionarnos con los ejemplos de fortaleza de un puñado de elegidos que tienen en sus principios una base sólida desde la que crecer. Y en esos ejemplos es donde debemos mirarnos.