viernes, 27 de julio de 2012

Mascado

En la mayor parte de la tierra los perros son animales queridos por sus propietarios. Pero en otras son, simplemente, el plato para mañana. Pienso esto mientras veo otro de esos documentales sobre la comida en el mundo, sobre sabores que no podemos probar, por que la televisión sigue dejándonos con las ganas, sin poder oler, sin saborear esos platos con una pinta maravillosa. Aunque creo que no me apetece probar el perro, por mucho que el presentador alabe sus virtudes culinarias.

Me enciendo un cigarro mientras el dálmata le da al rabo con una pelota en la boca, buscando un juego que no quiero darle. Insiste mirándome con ojos de cordero degollado (un cordero si que me lo comería), pero yo me mantengo impasible dando caladas a un cigarro que se le va a hacer eterno (al perro y a mis pulmones). Finalmente deja la pelota sobre el sofá y, no sé si por joder, por llamar mi atención o solamente por que está loco, ladra.

Sin cigarro y con la pelota de de tenis en la mano. Así estoy sentado en el pasillo, con el perro mirando, atento a mis movimientos, concentrado en seguir mis juegos de manos como si la vida le fuera en ello. La pelota brinca en la madera del suelo mientras el chucho la persigue a saltos, haciendo ese ruído tan característico con su uñas sobre el parqué. Al fin llega, triunfante, con su trofeo entre sus babas, siendo masticado sin daño aparente. Por suerte nadie alaba las virtudas culinarias de las pelotas de tenis, ni siquiera mi perro.

jueves, 19 de julio de 2012

Extracto de guindilla y un toque de vinagre

La guindilla pica y el vinagre escuece, por eso he titulado así el post de hoy. Han subido el IVA, han metido tijera en los subsidios de desempleo, han recortado a los funcionarios, etc. No voy a decir te lo dije, por que el que lea el blog sabe que vengo proclamando la subida del IVA desde principios de año, pero al menos voy a volver a quejarme, en la calle. Hay hoy un montón de manifestaciones a las que acudir, en cada ciudad, en cada pueblo grande, para protestar, para sacar pancartas, para gritar una vez más sabiendo que los que mandan parecen estar sordos mientras repiten "es lo único que se puede hacer", para intentar convencernos de que detrás de los recortes no se esconde la mano de su idología profundamente clasista e insolidaria.

La frase de hoy, en esa rica tradición de poner palabras en la boca de otros que no sabemos si las dijeron, es: "Hay que recortar, señora" Susurró el verdugo a María Antonieta.


miércoles, 4 de julio de 2012

Entre el desayuno y el vermú

Hoy he desayunado una macedonia de frutas antes de ir al inem, a por mi subsidio de desempleo. No es nada nuevo en mi vida, he visitado en tantas ocasiones la oficina que podría hacer un mapa de las mesas si no las cambiaran tanto. Una vez cumplido los trámites, he vuelto a casa y he leído el periódico, el de papel. ¿Y qué viene viene hoy, que noticias destacan? Dos, a mi entender, la primera el aumento de la vida útil de la central nuclear de Garoña (la más antigua del país) en seis años. La segunda es el inminente despido de empleados públicos, para adelgazar las administraciones.

El día no promete, la vida no promete y el PP, el PP siempre está ahí, pendiente de las necesidades de los ciudadanos. De los ciudadanos de primera, claro. De los que se pueden pagar la sanidad y la educación, de los que poseen inmuebles en grandes cantidades, de los que no visitan ventanillas.

Lo de la central de Garoña no me sorprende, no sé porque la gente de derechas suele ser pronuclear, desde ese progresismo rancio que considera la naturaleza un regalo para el presente, que podemos retocar como los playmobiles que tenía de niño, intercambiando pelucas, brazos o torsos entre los distintos muñecos hasta que se rompían. Espero que no lo acabemos pagando.

El despido de empleados públicos me preocupa más, por que la administración ya funciona lo suficientemente mal para acabar en manos de los que se van a quedar (en principio sólo van a despedir a empleados de empresas públicas, personal laboral e interinos, ese caso que me ocupa). Por que ya conocemos lo que va a pasar, tenemos experiencia como españoles para saber que se quedarán los pelotas y los incompetentes, los únicos necesarios para adular al director general de turno. También mantendrán sus poltronas los asesores que no asesoran pero se consideran imprescindibles y los altos cargos que más cobren. Así que el recorte caerá sobre el de siempre, el españolito de a pie que cobra unos inasumibles 900 euros del estado y comparte piso con tres más, que se parte el alma para que el trabajo salga adelante. A ese lo despedirán, por insolidario.

Así que he decidido repetir con la macedonia de frutas para el tentempie de media mañana, para endulzarme un poco la vida.