jueves, 18 de diciembre de 2008

El león de mesopotamia

Que pena que Bush tenga tantos reflejos. El más famoso ex-alcohólico americano mantiene una agilidad gatuna que le ha permitido esquivar los zapatos lanzados por la única persona iraquí que se ha atrevido a no ser un asesino. Ha demostrado a su pueblo que se puede ser un valiente sólo con unos zapatos, que se puede causar más daño con gesto que con un balazo. Desde aquí quiero pedir su pronta liberación, por que es un tipo que se lo merece. Se merece estar en la calle y contagiar su actitud a otra gente, se merece que lo feliciten. Aunque las últimas noticias hablen de hasta siete años en la cárcel y que se diga que tiene un brazo y varias costillas rotas. Por tirar unos zapatos a la mayor abobinación que ha dado en tan pocos años el siglo XXI.
Por eso ahora sus compatriotas le llaman el león de mesopotamia.

Un exorcismo semanal

Imagino que estoy en un período de cambio. O al menos eso creo. Imagino que no poder cambiar de trabajo por el momento me está haciendo cambiar de otras formas. El mendrugo que hay en mí sigue pugnando por salir al exterior aunque no siempre lo consigue. Así que cada semana me afeito la barba (ritual que tenía ya prácticamente olvidado) y vuelvo a ser un tipo que no soy pero que me gusta ver. Por que si no puedo cambiar de trabajo, al menos que sea otro el que va a trabajar.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Esos locos griegos

Están armándola. Y, por lo que parece, están muy cabreados. Yo ya escribí hace algunas semanas que se escucha un runrún. Poco a poco se deja oír con más fuerza. Y dentro de poco pasará otra cosa en otro país europeo que los hará saltar. Por que cuando tienes veinte años lo que te apetece es protestar y romper la marquesina de un banco. A lo mejor la gente de treinta también es capaz. Ya lo veremos cuando toque en españa, coño.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Apuntes II

En un mundo sin ilusiones se agradece un poco de autoestima. ¿Y si la vida solo fuera un proceso de transformación en el que al final nos morimos más viejos y estropeados? ¡Ay! Nos putean todos los sentimientos encontrados que se cuelan por los agujeros de mentes desconcertadas por los cambios que se producen sin que seamos capaces de entenderlos. Y seguimos esperando algo que nos haga cambiar más rápidamente de lo que nuestros cuerpos, cerebros, músculos y corazones son capaces de soportar. Y aún así los ansiamos desesperados, como si se nos fuera la vida en ello (algo que realmente pasa, por que no los soportamos). Te haces viejo y hay momentos en los que piensas que has desperdiciado tu vida, tus talentos ocultos (que quizás nadie, nunca, sea capaz de descubrir, ni tú mismo), y ya no hay marcha atrás. Y piensas en las oportunidades perdidas y en las elecciones desacertadas, y te lamentas como siempre, dudando de nuevo que dirección escoger. A mí que me importa el mundo. Solamente gira sin darme tiempo a perseguirlo, intentando no sufrir un colapso nervioso. Escribo más rápido de lo que pienso. Es posible que esto solo sea una terapia contra la rutina o la depresión y lo que necesite sea, solo como posibilidad, echar un polvo.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Apuntes

Me estoy dando cuenta de que este blog cada vez está más reivindicativo. No es que no lo pretenda pero quiero darle otro toque de vez en cuando. Algo que me haga mirar con alegría la página. Y uno de los casi coautores de este blog (junto con Aznar y otros militantes del PP) es el hombre clava (no es una errata).
Y como muestra un botón. El psicomago (a estas alturas no veo la necesidad de escribir su engorroso nombre) tiene, al menos, un hijo. Es un cantante (el arte corre por sus venas, maldita sea) y lo entrevistaban en el país semanal ayer. Sólo una frase merece la pena, una en la que sus progenitores son los protagonistas. Cuenta como lo concibieron. Parece ser que su madre tenía problemas para concebir (obviamente no) así que el psicomago creo una de sus ingeniosas ¿trampas?, ¿mentiras?, ¿ilusiones? para lograr un resultado satisfactorio (zumbarse a la madre del cantante, imagino). Así que encargó una enorme carta de tarot (tamaño familiar, nunca mejor dicho) y sobre el duro papel crearon vida. Se acabaron los problemas de infertilidad. El psicomago pudo hacer gala de otra ilusión convertida en realidad.