Competitividad, la palabra de estos tiempos. Nos venden este concepto como algo positivo, como un valor nuevo que mejorará nuestras vidas, como la panacea que hará que todo sea más barato y de mayor calidad.
Pues bien, es mentira. Lo que está consiguiendo la competitividad es mandar el mundo a hacer puñetas. Esto se refleja desde un punto de vista personal hasta una visión global. Yo, aunque hace tiempo que no trabajo en empresas al uso, conozco lo que se consigue compitiendo en puestos de trabajo. Mal rollo, no consecución de objetivos, pérdida de la autoestima y flaco favor a la empresa, que lo que necesita de nosotros es cooperación (un concepto en las antípodas de competitividad). Por que una empresa es un equipo que trabaja por salir adelante, o eso debería de ser. Pero no. Por poner una metáfora futbolística, sólo se mira bien al que mete gol.
¿Qué ha sido del portero, los defensas y el medio que ha dejado el balón en bandeja? Que no salen en la foto. Y no ascienden. Así de claro. Pero si no hay equipo no hay victoria.
Y el fútbol sigue siendo un buen ejemplo para escalas más grandes. Es un deporte competitivo en el que uno gana y otro pierde (existe el empate, aunque ahora no es el momento, la liga la gana sólo uno). Otro pierde. Competición, uno gana y OTRO PIERDE. No hay mucho más que decir, a la mitad (al menos) le va mal este sistema.
¿Quién lo defiende? El que gana, que habitualmente es el que tiene mayor presupuesto. Mayor presupuesto implica mejores medios técnicos (campos de entrenamiento, fisios, ojeadores, etc), mayor capacidad para influir en las decisiones de los árbitros y mejores jugadores. Así la mayoría de las ligas las ganan el Barça y el Madrid. Pero no todos somos de esos equipos de fútbol, ¿verdad?
O sea que perdemos muchos y ganan unos pocos. Competitividad. Fomentadla entre los niños, hacedla merecedora de vuestra tesis doctoral, caed ante los cascos de sus caballos.
La próxima vez que alguien del curro se vaya a la calle, preguntaos por que lo echan. A lo mejor no era un buen jugador de equipo, pero lo más probable es que no fuera competitivo.