Hoy, mientras dormía la siesta a golpe de telediario (maldito debate del estado de la nación), me ha despertado el ruído de una bomba. Una bomba en una mezquita en Irán que ha matado a 28 personas. Parece ser que el presunto culpable es una organización terrorista suní, la otra gran corriente del islam, contraría a la chií. Se matan entre los miembros de una misma religión, por unas oscuras diferencias. Siguen el mismo libro pero les da igual, el odio está ya bien sembrado.
Yo soy ateo. No creo en ninguna deidad superior ni en ninguno de esos cuentos de viejas. La religión, en cualquiera de sus facetas, ha podido tener alguna misión positiva en el pasado pero desde hace muchos, muchos años (me atrevería a decir que un poco después del que sea su principio) ha servido como excusa para expoliar, matar y esclavizar a otros seres humanos. Al menos las religiones que yo conozco, las de origen judeocristiano (vamos, las basadas en la biblia, ese libro que la gente debería de leer más para darse cuenta de lo que pone). Me parece increíble el considerable poder que aún reunen los distintos jerarcas de las distintas religiones y la forma en la que lo ejercen.
No creo que imponer mi postura sea la opción más adecuada, dado que la fé mueve montañas y si alguien con creencias religiosas no las abandona por si misma no lo hará aunque yo le cuente que no hay ningún tipo de prueba de la existencia de ningún ser divino (si exceptuamos a algunos deportistas a los que apodan dios), que rezar no sirve de nada estadísticamente hablando o que parece muy improbable que una hostia de pan se transmute en carne de cristo cada vez que comulga un católico. Por otra parte me molesta que esta gente (en especial ultras o mandatarios), que exige respeto hacía sus creencias, no llegue ni a tolerar las mías. ¿Por qué? Por que somos la "semilla de diablo", los autores del único pecado que dios no perdona, no creer en él. Así que me tengo que aguantar cada vez que tengo ganas de caricaturizar a Mahoma, cagarme en dios (que es delito en algunos sitios) o que todas las fiestas de este país tengan un origen religioso (ya ves que me importa a mí la ascensión, que es festivo). Pero ellos no se cortan en insultarnos habitualmente (me gusta mucho eso que dicen los musulamanes de perro infiel) ni de coartar iniciativas igualitarias como la de quitar crucifijos en los colegios.
Podría seguir pero no me apetece repasar las negras páginas de la historia, no hace falta, está ya todo escrito, todas las barabaridades cometidas en nombre de dioses que no existen. Espero que, poco a poco, esas barbaridades vayan acabando, pero no tengo muchas esperanzas. De todas formas que
dios salve a la reina.