viernes, 9 de septiembre de 2011

Conspiranoias

Como creo ya haber dicho en este blog, no soy mucho de conspiraciones en general, aunque quizás la palabra haya conseguido a lo largo del tiempo cierto velo de misterio, cuando no es más que unirse contra un superior o unirse por un mismo fin. Hay un montón de teorías de la conspiración y son muy variadas, algunas de mal gusto. Ejemplos clásicos son la no llegada del hombre a la luna (pese a que existen seis misiones bien probadas y una la del apolo 13 que salió mal) o el ataque contra las torres gemelas. Aquí el clásico es la del 11 de Marzo, indignante.

No digo que no existan (no es tan complicado) si no que a la gente le gustan por algún motivo. Un montón de gente llevando a cabo maldades para sacar más tajada o ganar más poder. Un ejemplo de esto son las farmaceúticas. No creo que sea muy difícil que pacten, que queden en un hotel de algún lugar exótico y digan: No vamos a curar estas enfermedades por que si no nos quedaremos sin un suculento bocado. Seguiremos fabricando medicamentos atenuantes y así ganaremos más y ellos no morirán, pero seguiran pagando. Es cierto que no resulta muy ético, pero ni es complicado ni antinatural.

Imagino que de igual manera esto funciona en otros negocios como el de la banca, el del petróleo o el de la especulación bursátil. ¿Son conspiradores? Son unos cabrones poco éticos que pactan, que acogotan y que se enriquecen a costa de otros. Montar cosas más complicadas suele ser poco frecuente y, además, poco secreto. Miren si no los GAL. Una chapuza en la que murió gente que nada tenía que ver con ETA, una conspiración en toda regla en la que al final salieron los trapos sucios. Por que la gente no sabe estarse callada, sobre todo cuando hay muertos.

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