Casi todo el mundo tiene uno o varios referentes morales. Desde tus padres, pasando por algún político, filósofo o artista. Yo tengo varios, pero uno de ellos, hasta hace unos días, era Albert Boadella. Aparte de gracioso (algo que siempre viene bien) era irónico y desvergonzado. Un auténtico antisistema, un tipo libre de ataduras en un mundo lleno de cuerdas. Hace pocos días me he enterado de que lo une una relación laboral con la comunidad de Madrid. Va a ser director, o algo así, de el Teatro del Canal. Él, que siempre dijo que jamás trabajaría para el estado, él que no quiso subvenciones y, también, que se vanagloriaba de ello, formando parte de su imagen pública. Esta (su imagen pública) se ha venido deteriorando desde el día que presento aquel partido, Ciutadans. Ahora se comenta que simpatiza con el partido de Rosa Díez, (alguien sabe como se llama, o es acaso solo la plataforma para un ego).
Albert Boadella como tantos otros huye hacía delante. Se a acercado tanto a los liberales que estos creen que es uno de ellos. Pero creo que no es verdad. Creo que Boadella volverá a ser un tipo libre, sin ataduras, ni siquiera ideológicas. Los liberales se han puesto el nombre que no les corresponde. Ellos no son libres. Albert, antes, si lo era. A lo mejor todo es una cuestión semántica.
Otra reflexión "Roma no paga a traidores" es una frase que debería aplicarse más el PP, un partido lleno de antiguos militantes de izquierdas (muchos han sido ministros).
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