De vez en cuando me despacho con unos anodinos artículos que hablan un poco al azar de mi idea de vida y otras anormalidades. Como digo en esa especie de resumen de la cabecera, esto lo hago como un poco de autoayuda, como una forma de gritar al aire sin estar muy seguro de que alguien escuche (algún día tendré que poner un contador de visitas).
Hoy la cosa va de la sensatez y su antónimo. De como influyen nuestros actos, de donde acaba nuestra responsabilidad. Tengo un amigo que dice que sólo tienen hijos los irresponsables (también dice que el onanismo y la pornografía son fuentes eternas de sabiduría, citando a def con dos). Pero, poco a poco, esta idea se va difuminando a medida que gente sensata que conozco va teniendo hijos.
En mi caso particular (ese tipo que conoces que podría tener el síndrome de Peter Pan) intento no tener ataduras que me permitan una vida cómoda, con sus altibajos sí, pero en la que al final la responsabilidad sea sólo mía. Parece que lo voy consiguiendo a base de no comprometerme ni con mujeres ni con trabajos. Pero a veces creo que estoy cometiendo una insensatez, que algún día me arrepentiré, que el tiempo avanza y no te permite volver atrás.
Por que a veces lo más sensato es arriesgarse, salir al paso, plantar cara a la adversidad sin que los pies estén bien amarrados al suelo. Decirle a tu jefe que no vas a hacer horas extras por que quieres vivir tu vida, tener un hijo con la persona a la que quieres, mandar al carajo a tu delegado sindical o atracar un banco.
Mientras me decido a hacer algo con mi vida sigo con los collages, algo un poco insensato.