Felices fiestas

Un año más me gustaría felicitar el año nuevo a toda la gente que se deja caer por este blog. Releo, otra vez, mi felicitación navideña del año pasado y me doy cuenta de que el señor Despido Libre está fuera de la CEOE y que Berlusconi tiene problemas, aparte de sus excesos con la viagra. Algo pudo ir bien el pasado año.

Pero 2011 no va a ser recorrer un campo de flores al compás de Somewhere over the rainbow, pero molaba. Suerte a todos.

Y para no perder la tradición unos deseos para el próximo año (en vista de que el año pasado no fueron tan mal). Deseo que los mercados encuentren la horma de su zapato, y espero que esa horma no acabe dentro de nuestros ojetes, como las anteriores, deseo que Aznar siga diciendo majaderías, deseo que a Angela Merkel le den mucho amor y así deje de estar tan amargada, deseo que a Sarko le quiten a su mujer por que está claro que con él no funcionó lo de darle amor. Deseo que Zapatero... no, deseo que Julio Anguita se despierte un día en el cuerpo de Zapatero, un día del próximo año. Eso si que iba a ser divertido.

Recordando...

O fillo de Kurosawa me ha puesto más triste. Mientras el mundo se acaba ante nuestra pasividad, los enemigos suenan en mi ordenador y recuerdo una etapa en la que tenía el hígado de acero, más amigos alcohólicos y conciertos de este grupo programados en mi agenda mental. Era un joven alegre y despreocupado.

Ahora medio la treintena (este año me pongo en la mitad de la década) y sigo siendo alegre, pero a veces recuerdo aquella época de botellones descontrolados, exámenes mediados y porros en las esquinas de la facultad. No me quejo, aunque mi futuro laboral tenga más agujeros que las cuentas generales del estado y mi estado sentimental no sea halagüeño. A quien le importa. La mayoría de la gente está atada a una vida de mierda y un alto porcentaje es idiota (todo el mundo es idiota, yo, tú, tanta gente). Pero no volveré a un concierto de este grupazo (la canción es de Serrat).

El pasado está detrás, el futuro no existe (eso pregonaban unos chavales a finales de los setenta no future for you) y en mi presente mi perro está drogado (una dosis de algo que podría ser ketamina en la consulta del veterinario lo ha dejado para el arrastre) mientras yo escucho la voz del tipo de Ilegales cantando John Wayne. Me voy a beber unas cervezas...

Donde manda capital...

Sí amigos, la democracia se ha ido a tomar por culo. Nos lo confirma Juan José Millás en una entrevista en Buenafuente. No es que me sorprenda, ni a mí ni a nadie. Hace ya mucho que lo sospechamos pero nos lo corrobora Wikileaks (vaya marrón para el pobre de Assange, se lo van a intentar comer crudo). Parece que estamos en la película esa de Mel Gibson, conspiración.

Un mundo maravilloso donde las películas se hacen realidad, pero sólo las chungas. Y mientras Aznar se olvida de lo que dijo y decide que lo mejor para ¿todos? es acabar con el estado el bienestar. Sí, que los ricos vivan a saco la vida mientras nosotros deberemos partirnos el lomo a currar, pero ya me dirás en que. Si es que es un puto cachondeo...

Sí, vuelvo a repetirme, pero es que no se que podemos hacer, la situación es una mierda muy gorda y nadie parece querer hacer nada para salvarse. Es como si el barco se hundiera y todos nos quedaramos comentando el tamaño del iceberg y por que nadie hizo nada, en lugar de intentar tapar el boquete o arriar los botes salvavidas. Estoy tan descorazonado...

Aunque es cierto que se ven cosas (las huelgas francesas, griegas e inglesas, lo de wikileaks, etc.) no son suficientes por que nos la siguen metiendo doblada día tras día, con nuevas privatizaciones, recortes sociales y medidas anticrisis que ya han hecho caer a algún otro país en el pasado. Las maravillosas recetas del FMI que son cojonudas.

El premio Confucio

Confucio es el nombre que una asociación china (que admite algunos "contactos" con el ministerio de cultura de Hu Jintao) ha dado a su premio de la paz. Puede que tenga algo que ver con la concesión del premio nobel a un disidente chino que lleva encarcelado algunos años en su país natal. O quizás no. Lo que está claro es que tras el fiasco de la concesión el año pasado a un presidente americano (este premio lo conceden de una forma extraña) han decidido darle un poco de lustre y a China le ha sentado mal, muy mal.
El asunto, lo que a mi me preocupa vamos, es que el elegido para llevarse el primer premio Confucio ha dicho que no, que pasa, que se lo den a otro. Y es que dárselo a un expresidente taiwanés no creo que sea una buena idea, no se caen muy bien. Así que me he propuesto hacer una lista para que los chinos del régimen puedan elegir:

-Kim Jong-Il. Al supremo líder le gusta la paz a rabiar. Y le gusta China una barbaridad. Para mí es el candidato perfecto. Y lo que luciría con su tupé el la gala del premio, con una de esas coreografías que hacen en Asia que les queda precioso, que ceremonia de juegos olímpicos...
- Henry Kissinger. Sería la primera persona en tener los dos premios de la paz. Que maravilla! Y lo que se lo tiene merecido por su labor de años haciendo el bien en el mundo.
- Putin. Otro pacifista cojonudo para darle el premio, siempre preocupado por los derechos de los periodistas en rusia.
- Al estado de Israel, pacifistas como pocos, siempre deseosos de tender la mano para una causa justa.
- José María Aznar. Quien mejor que este expresidente... siempre en nuestros corazones.

Podría estar todo el día diciendo nombres. Hay tanta gente en el mundo con buenas intenciones. Y tanto hijo de puta.

Un viaje en autobús

Las pequeñas historias de la vida, con sus metáforas, algo absurdas, constituyen una fuente de ¿conocimiento?. No sé si me explico con claridad (al expresar esta duda ya voy viendo que no) pero cosas que nos pasan en el día a día pueden ser interpretadas o, mejor dicho, se puede sacar una lectura.

Esta lectura no es siempre extrapolable al resto de la sociedad, aunque el caso que me sucedió el otro día tal vez si lo sea.

No viajo mucho en autobús (la empresa concesionaria del transporte público en mi ciudad es una puta mierda, así van los servicios públicos cuando se piensa sólo en rentabilidad) pero de vez en cuando lo hago. El sábado pasado en un viaje interminable de casi una hora (tampoco es para tanto, mendrugo) me fijé en una tendencia que ya había observado en mi época universitaria. Yo la llamo "temo que huelas mal y prefiero que te quedes de pie"; demasiado largo. Consiste en sentarse en el asiento que da al pasillo dejando libre el asiento de la ventana. A la mayoría de la gente le da reparo, vergüenza o lo que sea pasar al asiento de la ventana, imagino por que no te sientes bien recibido. Sin embargo en mi época universitaria no era algo que se viera mucho. El sábado seis pares de asientos de ocho en total estaban ocupados por una sola persona, gente de olfato sensible imagino.

En un mundo en el que convivimos con gente tan egoísta, incapaz de ceder un asiento libre, vamos de culo. es un síntoma de una sociedad podrida, incapaz de compartir. La solidaridad es tan poco practicada que parece que ha desaparecido. Joder, es que en ese mismo viaje tuve que ceder mi sitio (uno de pie pero apoyado) a un señor mayor por que nadie se dignó a levantarse para ofrecerle un espacio. Hace diez años sería impensable.

No soy el único que piensa en esto, en una búsqueda en internet te puedes dar cuenta de lo que piensa la gente sobre esto. En mi humilde opinión creo que la gente de "olfato sensible" son unos hijos de puta en potencia. Si es que no han alcanzado ese nivel ya.

A little collage

Dedicado al señor Despido libre, con cariño (o algo).