No soy nadie para decirle a la gente en que creer, que fé profesar o a que dios sacrificar vírgenes. También es posible que sea incapaz de entender que se siente encerrado en un edificio rezando cada tres horas y haciendo pastas el resto del tiempo. Y eso que, alguna vez, me he pasado cuatro meses en alta mar sin pisar puerto.
Todo esto viene por la noticia de una nueva congregación religiosa que ha conseguido a 150 nuevas reclusas. Las lidera una tal Sor Verónica. Es cierto que me dan miedo las políticas neoliberales y el capitalismo salvaje. Pero la religión, el culto irracional a un dios que no existe, eso sí que me acojona.
Las nuevas novicias son las hijas de esos movimientos ultraconservadores ligados a la iglesia como el Opus Dei. La mayoría con estudios y habituales en las manifestaciones pro vida. Integristas sí, como los que adoran a Alá, esa gente a la que se le aplica más ese término. Esos que ahora parece que dan tanto miedo a los gobernantes de occidente que ven caer las dictaduras islámicas y predicen el auge de movimientos ultraconservadores en esas sociedades. Aquí nadie denuncia nada.
Si me dijeran que una familiar va a entrar en un convento, me pondría enfermo. Me daría un disgusto terrible y pensaría en las puertas cerradas que no se le van abrir. Imagino que no me quedaría con los brazos cruzados e intentaría convencerla de que la vida está más allá de los muros de un convento de clausura (clausura.- Obligación que tienen las personas religiosas de no salir de cierto recinto, y prohibición a las seglares de entrar en él.). Sesenta años encerrada entre cuatro paredes, rezando, recibiendo huevos para que no llueva en los días de boda, cultivando el mismo huerto rodeado de los mismos muros. Manteniendo unos votos que si se reprodujeran en cualquier otro ámbito se hablaría de tortura.
150 chicas jóvenes están encerradas, por su propia voluntad, en un convento. Piensan que un gran padre las vigila. Si me lo contarán pensaría que es un programa de televisión obsceno y cruel. Espero que algunas consigan escapar de sus muros interiores, de toda esa mierda que les han metido en la cabeza y salgan al mundo dispuestas a comérselo.
A MI MEJOR AMIGA
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Estaré contigo hasta el final te buscaré en todas partes bajo la luz y las
sombras en los dibujos del aire Estaré contigo hasta el final te pediré de
rodil...
Hace 4 años
3 comentarios:
150 chicas jóvenes...
¿Dónde está ese convento?
Parece algo irracional, resulta bastante incompresible, etc., lo de los conventos de clausura. Pero ¡se dan tantas conductas irracionales e incomprensibles, no ligadas a la Iglesia ni a religión alguna! Vete, si tienes algún día oportunidad, por un centro de "enseñanza", por ejemplo; o un hospital de provincias o un juzgado, etc. Digo yo que las monjas de clausura, cuya decisión de renunciar al mundo exterior no entiendo, al menos no hacen daño a nadie. Por último, no compararía yo la religión musulmana con otras, como por ejemplo las cristianas en general y la católica en particular. Un artículo bastante acerado el tuyo. Provocador, como me gustan. Saludos, Soyun.
Al primer comentario, en burgos. Al segundo tienes razón sólo sufren ellas y algunos de sus seres queridos. En cuanto a comparar religiones, se puede hacer. El dios es el mismo, el antiguo testamento también es un libro a seguir por los musulmanes, Jesús es considerado un profeta por los mahometanos,su concepción machista del mundo (en el catolicismo a las mujeres tampoco se les permite oficiar un culto), la yihad es una guerra santa (las cruzadas es lo que eran). Las diferencias son de forma, no de fondo.
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