viernes, 15 de abril de 2011

La culpa es de lo cómodos que son los bancos

Esta semana ha habido una noticia que me producido una desazón extraña. Parece ser que en Madrid (la villa) hay un montón de mobiliario urbano que está deslucido. En particular los bancos. Y es que los usuarios de estos bancos no son lo suficientemente rentables, por decirlo de alguna manera. Quizás pasan demasiado tiempo sentados en ellos o no guardan las apariencias, que sé yo, un habitante de las provincias. Así que el alcalde, en época electoral, ha propuesto crear una ley que obligue a estos usuarios a sentarse en otros bancos, aunque parece ser que no hay suficientes plazas. Un desastre.

Los bancos están dispuestos tener clientes mejor vestidos y más saneados. Entienden que serán mejor usados y se le sacará a su espacio un mejor rendimiento. Y es que estos bancos no son cualquier banco. Son los bancos de la capital, cercanos a los mejores museos del país, a las más altas cotas del poder, a los personajes más influyentes.

Las épocas electorales sacan de dentro de los candidatos su vertiente más populista. Intentan sanear su ciudad a cualquier precio, inaugurar todo lo inaugurable (desde aeropuertos inacabados a carreteras sin asfalto) y sobre todo proponer medidas, en muchos caso dirigidas a los ciudadanos de bien, que por lo visto no son los usuarios de estos bancos. Por que a los ciudadanos de bien no les preocupan las condiciones de vida de estos usuarios de bancos. Ellos pasean por una ciudad que creen que es suya, con un mobiliario que debe estar a su gusto.

Pocos políticos han entrado en la cuestión de fondo. ¿Son seguros estos bancos? ¿Pagamos más de lo que debieramos por la limpieza de estos? ¿Nos dan el servicio que nos merecemos? ¿Qué crédito tienen? ¿Deberían ser públicos o privados?

Cualquier día nos sentaremos en una caja y alguien la habrá transformado en un banco. Imagino que por que habrá pensado que es más estético.

5 comentarios:

O SuSo dijo...

Me suena de algo, primero controlan los medios, luego nos graban con camaritas invisibles, nos meten mil miedos en el cuerpo, para alquilarnos falsas seguridades privadas...
Todos limpitos, sin salirnos de la raya y sin protestar.

Cada día esto se parece más a aquel Gran Hermano, pero el de G Orwell de 1984, que hasta eso lo han vulgarizado.

Por ceirto, tú también me suenas.

Soyunmendrugo dijo...

La verdad es que no tengo un nick muy elaborado. Aunque hace tiempo que no hago fotomontajes, jajajaja.

jaramos.g dijo...

¡Ay, pobres banqueros!

Rato Raro dijo...

Soy el único que piensa que el post de mi querido antiblogero es una critica a la última medida que quiere adoptar contra los indigentes el señor Gallardón, la cual me parece bastante lamentable.

Un abrazo,

Rato Raro

Soyunmendrugo dijo...

Hombre, la verdad es que le pego a todo en este post...