lunes, 28 de mayo de 2012

Después de haberlo visto

Y el cocinero se despachó contra los banqueros mientras picaba una cebolla.
Y el mecánico se cagó en el último rescate.
Y el empleado de banca tiritó con un escalofrío al ver las cuentas corrientes.
Y la canguro les dijo a los niños que el lobo feroz tenía cara de persona.
Y la cajera de supermercado les comentó a los ancianos que el dinero no llegaba para la compra.

Y los 23.000 millones de euros cambiaron de manos. Unas habían sido nuestras.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Me viene a la cabeza el Prestige

No es el aniversario, ni hay ningún motivo serio para que hoy hable del barco que lleno de color oscuro las costas gallegas. Bueno, la verdad es que un motivo hay, pero ya sabéis que me gusta darle algunas vueltas a las cosas.

 El 19 noviembre de 2002 el barco se partió en dos y se hundió. Pero llevaba desde el día 13 en problemas. Durante una semana el gobierno de Aznar (con Rajoy a la cabeza) y el de la xunta (del mismo color político) estuvieron mareando la perdiz, alejando el barco, llevándolo a Portugal (que no lo dejo entrar) para al final acabar como acabó. Durante ese tiempo no se tomaron medidas protectoras de la costa y al final fueron los marineros artesanales de la zona los que salieron con sus lanchas a pelear por su modo de vida, consiguiendo impedir la entrada de algo de fuel. No sirvió de mucho, la arena ya se había vuelto negra.

Ahora el capitán de este barco se llama Mariano, se enfrenta a una crisis (diferente pero crisis) y vuelve a no saber que hacer. Se queda callado o da explicaciones poco satisfactorias (quien no recuerda los hilillos de plastilina, ahora recordaremos "Haré lo que sea para sacar a España de ésta, incluso lo que he dicho que no iba a hacer"), improvisa en cada consejo de ministros (los viernes reforma) para que finalmente la deuda de este país supere los 500 puntos en el diferencial con la deuda alemana, algo que no había conseguido ni Zapatero. Los mercados son como las fuerza de las olas, imprevisibles.


La tripulación obedece a un capitán que tiene como gran virtud ser capaz de permanecer callado durante largo tiempo. El barco zozobra, la carga se desestabiliza y el capitán emite su orden, finalmente. Arríen el bote salvavidas y dejen esto al destino que le den las olas, los mercados.

viernes, 4 de mayo de 2012

No ver, escuchar, leer las noticias?

Decía Jaramos en su último post que estaba harto de escuchar las noticias sobre la crisis en la emisora que suele escuchar. Casualmente mi padre, dos días después, me comentó exactamente lo mismo, que estaba hasta los .... (rellene como más le guste esta línea de puntos) de las noticias sobre la crisis, la prima, de Guindos y la madre que parió a la canciller alemana.

La verdad es que se hace cansina la matraca de los recortes, de la crisis, de los deshaucios. Que si los valores inmobiliarios, la bajada del ibex, etc. Yo sigo leyendo, escuchando y viendo noticias. A veces me llega a la fibra sensible y cambio, pero intento tener a diario mi ración de malas noticias, mi dosis de desgracias coyunturales. ¿Por masoquismo? Quizás, no puedo negarlo.

Me sigue pareciendo importante seguir a los pocos medios que no cojean del pie izquierdo, manteniendo firme el paso del derecho. Creo que mi labor como ciudadano es estar informado de lo que suceda, más en estos tiempos. Y cuando nos aburramos siempre podremos recurrir a la música, que eso nunca falta.