Y el cocinero se despachó contra los banqueros mientras picaba una cebolla.
Y el mecánico se cagó en el último rescate.
Y el empleado de banca tiritó con un escalofrío al ver las cuentas corrientes.
Y la canguro les dijo a los niños que el lobo feroz tenía cara de persona.
Y la cajera de supermercado les comentó a los ancianos que el dinero no llegaba para la compra.
Y los 23.000 millones de euros cambiaron de manos. Unas habían sido nuestras.
EL PLAN B
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Tener un plan B es adelantarse a la posibilidad de que se malogre la
situación por la que pasamos en un momento dado y prever una alternativa. Se
contemp...
Hace 5 años
3 comentarios:
Muy bueno. Triste, desolador, pero bueno. Me gusta.
Gracias, lo lamentable es que sea tan triste.
Soyun, dices las cosas con una pachorra... Las comprobaciones más duras no te inmutan. Feliz tú. Jeje.
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