miércoles, 10 de septiembre de 2014

Botín, last call

Es la última vez que voy a escribir sobre Botín en este blog. Es la última vez por que ha palmado, un ataque al corazón (increíbles las paradojas en esta vida) lo ha desahuciado de su cuerpo. En estos momentos millones de formas de vida van a demolerlo, reducirlo a polvo y huesos, en algún frío panteón familiar, rodeado de otros cadáveres exquisitos.

Sí, ya sé que no está bien hablar mal de los muertos, pero imagino que los periódicos que controlaba ya estarán contándonos, en sus ediciones digitales, todas las virtudes del difunto, sus logros, sus hazañas de mito de la banca, como pasó de llevar un banco regional a manejar el mayor banco de la eurozona. Titán, visionario, genio incluso, ya los estoy viendo...

Era un banquero. Un hombre que manejaba el dinero de otros como si fuera suyo, invirtiendo, comprando y vendiendo. No le importaba si era negro, blanco, sucio o lavado. No, él tenía un negocio y lo llevaba a buen puerto. Como ejemplo sus cuentas con la justicia, saldadas con fallos a su favor por falta de pruebas, desestimaciones o pagos de 200 millones de euros para regularizar su situación con hacienda. Hasta me parece un mérito que hayan logrado sentarlo en el banquillo.

Emilio, donde quiera que estés, estás mejor que aquí, donde diste mucho por culo, llamando a presidentes del gobierno, diciéndoles que debían hacer, donde también vendiste preferentes y desahuciaste, como cualquier otro banquero. Así que espero que todos esos millones de pequeñas e insignificantes formas de vida den buena cuenta de ti, como tú lo hiciste con todos los millones de pequeños e insignificantes hombres.

No hay comentarios: