
Ysí, pagamos a pachas. No con él, que no suelta un duro (¿el voto de pobreza?) si no con nuestros amigos los católicos, que se ponen contentos cuando viene a verlos su pastor, vestido de blanco y con un gorro dorado de chiste muy, muy gracioso. Les dará su bendición y se irá corriendo a Barcelona y después a casita, al Vaticano, un lugar contenido y austero, donde podrá dormir tranquilo, pensando en lo bien que ha hablado sobre el aborto, los homosexuales, la familia (con esto se le llena la boca, bueno, esta frase no sé si es muy apropiada) y lo que se le pase por la cabeza. No hablará de los bancos que ahogan pero no aprietan (como dios), ni del sida, ni de como sus correligionarios se pasan por el forro de sus cojones algunos mandamientos del señor. De eso no.
Espero que se lo pase muy bien y no quedar atrapado mañana en la autopista por su culpa. Por que ahí si que me voy a cagar en sus muelas.
Pd. En la foto se ve a un joven con el uniforme de las juventudes (del partido nazi). Ahora este chaval de mirada aviesa nos visita.
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